Cuando tenía 16 años empecé a escribir una novela. Se llamaba "Nada en los bolsillos" y empezaba, más o menos, así:
"Esta es la historia de un amor y un desamor, un encanto y un desencanto, una ilusión y una desilusión. Esta es la historia de todas esas cosas que aparecen y desaparecen, que se encuentran y se pierden a lo largo de una vida; a lo largo de mi vida. Una historia que no cuento con el ánimo de conmover, ni de causar admiración o pena en otros protagonistas. Es, simplemente, una historia que cuento porque es mía, y puedo hacer con ella lo que me dé la gana."
Qué risa, ¿no?
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