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domingo, 22 de septiembre de 2013

Los turquesas de la isla de Capri

Hace unos días, mi sobrina Ainhoa cumplió 18 años. Como los 18 son una edad especial, y como andaba yo un poco desanimada y cansada, pensé que el mejor regalo que podía hacerle era un viaje juntas. Así, la sacaba unos días del país y le daba la oportunidad de conocer otros lugares, al tiempo que yo desconectaba del trabajo y de mis problemas (y de que no tengo vacaciones hasta diciembre), disfrutando de un par de días de calidad, relax y buena compañía.


Elegimos Capri, y resultó ser un acierto absoluto.


Aquí os dejo con un montón de fotos + crónica del viaje,  comentando, sin un orden específico, mis cosas favoritas de Capri. Espero que os gusten :-)



1. En primer lugar, el agua. Estas aguas cristalinas, de toda la gama de azules y verdes que existen en el mundo, me tienen absolutamente hipnotizada y con muchas ganas de volver.



Uno podría pensar, al ver su aspecto, que se trata de aguas frías... Pero aquí viene lo mejor: el agua es templada y se baña uno muy, pero que muy a gusto.



2. Luego están los barquitos.


En Capri, casi todos los barcos tienen nombre de mujer.




El barquito amarillo del fondo me ponía feliz :-)


3. La preciosa playa de La Marina Picola, llena de rincones encantadores, ocupa un lugar especial en mi memoria.





Aunque el agua estaba calentita, el sol se va temprano en esta cala rodeada de montañas y, claro, ¡fuera hacía fresquete!




Mi sobrina es la modelo de la familia, y en esta playa le saqué algunas fotos muy bonitas: 



Y yo, bueno, no soy modelo y luzco un blanco brillante, pero vergüenza es robar y que te pillen :-p



4. No nos podemos olvidar, por supuesto, de la comida.
Si viajas a Nápoles y alrededores, tienes que ir concienciado de que volverás con la misma incipiente barriga que se me ve a mí en la foto de arriba.
Nosotras pasamos los días almorzando pasta, merendando helado y cenando pizza... ¡Mamma mia!


Las especialidades allí son la pizza margherita y los spaghetti alle vongole (con almejas). También se come mucho pescado y suelen poner alubias blancas a los platos de ensalada o de pasta.


Además, dicen que allí se come el mejor helado del mundo. Y nosotras damos fe. Yo me harté de stracciatella, y Ainhoa afirma no haber probado un helado de chocolate igual en su vida.


Bizcas, nos quedamos :o)


5. En Capri hay mar y hay montaña... Éstas eran las vistas desde nuestra terraza en la habitación de hotel. 


Aquí nos traían el desayuno cada mañana y, creedme, desayunar viendo esto alimenta el doble.




6. Luego está el precioso puerto de Capri. Con sus barcas, sus casitas de colores y sus comercios, y la Marina Grande.






7. Como buena loca de los gatos que soy, una de las cosas que más me gustó es que las calles de la isla están llenas de gatos tigre, o "caprigatos", por lo general bastante acostumbrados a las personas.


Éste era diferente. Este es Francesco, y apenas un par de minutos después de conocerlo, ya nos había ganado (y eso que a Ainhoa no le gustan) :-)

También abundan las gaviotas. Pero son pequeñas y amigables, y se mezclan con las personas en playas y restaurantes de forma pacífica, aunque no son tan cariñosas como los gatos.


8. Los taxis; extraños vehículos descapotables cubiertos por una lona verde. Aunque, una vez le tengáis cogido el truco a la isla (es pequeña), moveos en autobús (eso sí, agarraos bien) y barco.


9. La vuelta en barco a la isla es obligada. Si vais a Capri, lo ideal es alquilar vuestro propio barco, para poder deteneros en los sitios que más os gusten a tomar el sol o nadar. Pero como Capri es cara, la opción económica también se disfruta mucho: un tour de algo más de dos horas alrededor de la isla, en el que te van explicando cosas sobre todos sus rincones...



La Dama de Capri, que saluda y da la bienvenida a los turistas.


El Faro (muy Wes Anderson)


Bajo estas famosas rocas hay un pequeño arco "del amor". Dicen que cuando pasas bajo él con el barco, tienes que dar un beso a alguien, pero has de elegir con cuidado, pues quedaréis unidos para siempre. Yo le di un beso a mi sobrina, para no correr riesgos innecesarios :o)
De todas formas, más que rocas del amor, parece que vaya a salir por detrás el barco pirata de Willy el tuerto en cualquier momento...


(Posar en estas condiciones no es tarea fácil. No juzguéis, eh...)


La gruta verde.



El arco natural, con forma de elefante.


Y la joya de la corona: la gruta azul. Pequeña cueva con aguas de un intenso y fascinante color zafiro, debido al reflejo natural de los rayos del sol, que el emperador Tiberio utilizaba como piscina privada.

10. La brisa fresca que corre por la isla es realmente agradable. Eso sí, si intentáis posar para una foto desde el barco, tenedla en cuenta :-)


11. Y por último, aunque no menos importante, la compañía.
Eso sí, ésta depende de vosotros... Capri lo único que hace es aderezar.
Eso sí, adereza muy bien :-)


Te quiero Noma, feliz cumpleaños :*

lunes, 29 de julio de 2013

Y cumplí los 32...

El pasado día 19 cumplí años. 32. Y lo celebré. Lo celebré durante 3 días... Salvo que ninguno de ellos cayó en 19 :-p

Si hay algo bueno en nuestra profesión, es que uno tiene amigos repartidos por todo el globo. Y, si hay algo malo, es precisamente lo mismo. Así pues, es complicado celebrar cuando el día de tu cumpleaños tienes que volar por la tarde, tienes que ir a una reunión por la mañana y acercarte a la oficina a mediodía. Y, por si fuera poco, el día antes estás de imaginaria, por lo que organizar una cena con tiempo para los cuatro amigos que tienes en la ciudad (y que no tienen incompatibilidad horaria) es tarea imposible.

Como la desesperación no va conmigo, y las fiestas sí, aproveché la tarde de guardia para decorar la casa de los pájaros con mi inseparable compi de piso D. (y jugar un poquito con los globos) :o)




... y hacer un tiramisú y algunas cosillas para cenar. Y cuando la imaginaria acabó, cenamos, hicimos una fiestecilla para 3 gatos y soplé a medianoche 7 velitas de la suerte sobre el tiramisú (espolvoreando al soplar todo el chocolate por el mantel blanco, porque si no hay mancha, no hay fiesta) :-)
Y me cantaron eso de "cumpleaños feliz, tócate la nariz... Y qué iba a hacer, tocarla:


Y por último hicimos mojitos, aunque no fuimos capaces de picar el hielo :-D


Aquí os dejo un pequeño vídeo tonto de Vine que me hicieron mientras soplaba las velas:


El sábado 20 me fui a casa. Cogí mi diminuta maleta y emprendí el kilométrico viaje por tierra, mar y aire (aunque no en ese orden) que realizo cada vez que quiero ver a los míos, desde Barcelona hasta Ceuta. Allí, además de mis seres queridos, me esperaban: un delicioso plato de cous-cous casero, el jardín y la piscina y dos días de celebración.

El primero fue sorpresa: cuando desperté de la siesta me esperaban en el comedor con una tarta y el mejor regalo de cumpleaños del mundo (que desvelaré a su debido momento), que casi lloro cuando abro ;-)



El regalo es ese papelito.


(Querida familia; perdonadme esta foto -yo soy la primera perjudicada-.
Querida gente; ignorad mi pijama, las fotos familiares de encima del espejo y la decoración barroca de mi madre.
Querida mamá; ignora estos comentarios...)

El segundo, elegido por mí, fue por supuesto por la tarde-noche y en la piscina, e implicó barbacoa, juegos y mucho sabor a verano.

(Gracias a todos los que habéis tenido un ratito (o un ratazo) para celebrar conmigo mi cumpleaños. Y es que veréis, los cumpleaños son una de mis celebraciones favoritas, porque me recuerdan que estoy viva. Y que me dediquéis vuestro cariño y vuestro tiempo (incluso en la distancia), es la mejor forma de celebrarlo y el mejor regalo, porque me recuerdan mis razones para vivir. Gracias otra vez. Ha sido un cumpleaños maravilloso).

Ah, casi se me olvida... ¡feliz lunes! :-)






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