Tras mucho trabajo y esfuerzo, M. y yo conseguimos -con la ayuda inestimable de Álvaro- transformar nuestro búnker en un lugar acogedor y habitable :-) Tanto que, cámara en mano, Cat a los pies -sale en todas, que robacámara-, aproveché los escasos momentos de luz que disfrutamos en la cueva y me encomendé a la tarea de hacerle unas fotillos, para que os podáis hacer una idea de cómo es el lugar en el que vivimos ahora.
Bienvenidos a mi humilde morada...
Esto es lo que se ve desde la entrada:
A la izquierda, el dormitorio:
(Aún le faltan algunos detalles, como unos cojines, y cambiar ese cuadro por mi lámina de Klimt, pero bueno, todo se andará).
A la derecha, el baño:
Y de frente, todo lo demás:
Aunque aún falta mucho por hacer (que nos traigan la lavadora, que nos pongan unos detalles del baño, cambiar las láminas y fotos provisionales por las -enmarcadas- definitivas...), estamos muy orgullosos de nuestro búnker. Tanto, que hemos pasado de llamarlo mazmorras, catacumbas, refugio antiaéreo, etc. a llamarlo nuestro pisillo, nuestro loft, nuestra casa, nuestro hogar... :-)
Aunque bueno, bien mirado, los nombres originales molan más. Además, como ya veréis en próximas entradas, ¡vivir en las catacumbas en una fuente de diversión constante!
Espero que os guste y os animéis a visitarnos... ¡Que tengáis una buena semana!