Navidades de altos vuelos
Ahora que la Navidad ha terminado y que no corro el riesgo de que mis amigos tcp's que lean esta entrada se pongan melancólicos, he decidido contar un poco cómo es una Navidad para un auxiliar se vuelo.
Como el día que empezamos a buscar trabajo como auxiliares marcamos con un SÍ rotundo y absoluto la casilla de
Disponibilidad Geográfica (mientras cruzamos los dedos para tener suerte y encontrar trabajo cerca de casa), y seguimos afirmando con una sonrisa que estamos encantados cuando nos mandan a la base que está donde Jesús perdió la sandalia (mientras rezamos en silencio para que sea por poco tiempo)... Como hacemos todo esto, la mayor parte de nosotros vive y trabaja
a muchos km de su casa y su familia. Partiendo de esta base,
así es como pasamos la Navidad:
Todo empieza a finales de Noviembre, que es más o menos cuando nos enteramos de que, un año más,
no la pasaremos con nuestros seres queridos. Y es que Papá Noel no es el único que tiene que trabajar surcando cielos en esas fechas.
En Noviembre, pasaremos días mirando con ansia la web interna a ver si la programación de Diciembre se ha publicado de una vez y, cuando esto ocurra, estaremos varios días llorando y lamentándonos de que este año también nos tocará trabajar en fiestas. Una vez superado el primer berrinche, perderemos unos días más intentando cambiar los vuelos con los compañeros (y digo perderemos, porque en este trabajo nadie cambia nunca vuelos, y menos aún en Navidad).
Para mediados de mes, estaremos más o menos hechos a la idea y empezaremos a conformarnos...
"Nah, no pasa nada nada... gajes del oficio..." // "Bueno, si de todas formas a mí la Navidad tampoco es que me mate..." // "Hago una ruta cortita y tripu de lujo, ¿eh?" // Y algún friki incluso: "Me gusta tanto volar que volaría hasta gratis y en Navidad, fíjate lo que te digo".
Finalmente, resignados, nos informamos entonces de quién más pringará esos días, para intentar organizar la cena de Nochebuena y comida de Navidad, o el fin de año (todo a horas intempestivas) con los compañeros de trabajo/piso. Y quizás con suerte hasta comamos las uvas en casa... Pero de comernos el roscón el al avión no nos librará nadie :-)
Eso, el 80% de los tcp's. Luego están
los afortunados... Este grupo, se pasará el mes de Noviembre y parte de Diciembre sonriendo (a escondidas, eso sí, para que no los odiemos demasiado) y comunicando a sus padres, hermanos, primos y amigos: "que sí, que sí, que voy".
La segunda mitad del mes, comenzarán a agobiarse para ver cómo lo hacen: "Si llego a tal hora del vuelo tal y cojo el vuelo pascual, llegaré a casa a tal..." y a la vuelta "si me llevan en tal vuelo y luego cojo tal otro, estaré a tiempo para... ".
Y el mes pasará "volando" y llegará el momento de irse. Entonces, madrugarán mucho, comprarán los bombones/chuches de rigor en la tienda del aeropuerto y se dirigirán a la puerta de embarque. Y allí es donde empezará lo bueno, cuando vean esperando, bombones en mano, a 4 tripulantes más y 2 pilotos. Maravilloso. Y es que veréis, con el avión lleno (como suele ocurrir en Navidad) sólo hay sitio para 4. Aquí empezarán las duras negociaciones: "yo tengo que hacer escala y coger otro vuelo después..." "a los pilotos os llevan de extra en el de Iberia pero a nosotras no..." "Yo soy de la compañía y tú no..." "Yo llegué antes..." Todo esto muy educados y sonrientes, por supuesto. Que en esta profesión nos queremos mucho todos.
Y al final, un piloto joven, sin hijos y sin novia e iluminado por el espíritu navideño, se irá en el siguiente vuelo con iberia. Y la tcp restante, llorará y suplicará al piloto que "vengaaaaa, porfaaaaa (sonrisa gigante) ¡que es Navidaaad! ablandando su corazón lo suficiente como para que acceda a llevarla sentada en el suelo de cockpit, o en el baño de atrás. Y por fin llegarán a casa y repartirán besos y sonrisas y regalos...
Total, para qué tanto sufrimiento, si aparte de las cantidades ingentes de comida y "anda, ¡lo que yo quería!" ese regalo que en realidad no nos ha gustado, los gritos, las peleas familiares y el agobio lo podemos tener menos condensado ¡cualquier otro día del año! :-)
(Dedicado con cariño a C. Grace y a todos mis amigos y compañeros que hayan pasado las Navidades por los aires)