"Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo"
Arquímedes
Siempre tuve complejo de Arquímedes. Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo. ¿No es una frase maravillosa?
Cuando era adolescente me apoyé en la religión. Luego conocí a M. y, durante años, nuestra relación fue mi pilar maestro. Hace un par de años, mi trabajo empezó a darme satisfacciones, y lo convertí en el centro de mi vida. Así, no importaba cuántas cosas se torcieran a mi alrededor, mi punto de apoyo seguía permitiendo que todo tuviese sentido.
"Soy capaz de grandes cosas -pensaba- sólo necesito mi punto de apoyo".
Pero a veces, Dios te abofetea en forma de realidad en la cara, y las relaciones se rompen, y las personas te decepcionan y, como me dijo un profesor en la universidad una vez, el trabajo, por mucho que te guste, no es más que trabajo. Y al final, tú sólo eres una persona, tratando de hacer milagros con una palanca.
Y no voy a decir que hay que apoyarse en uno mismo, porque eso es material de libros de autoayuda de mierda. Pero si de puntos de apoyo se trata, al fin y al cabo, ahí están nuestros dos pies. Y quizás mis pies planos no me sirvan para mover el mundo, pero me valen perfectamente para moverme por él.
Y es más que suficiente.
5 comentarios:
Ay pequeña, a veces cuando ya no tienes ese punto de apoyo, ya no haces pie, y el agua te llega al cuello, tienes dos opciones, o pelear contra la corriente agotando tus fuerzas y agotandote o dejarte llevar por la corriente, disfrutando de los cantos de los pajaros y el viento en tu cara!!
Que eliges?
bien!!
Chu!!
Besitos carochu, gracias por leerme.
Una decepción más en la vida que sólo hace que abrir los ojos a la realidad, amiga. Lamentablemente, casi nada en este mundo es lo que parece, y sólo logramos aprender a ostias...
Bueno, sí... Y no. Aunque no lo parezca, en esta entrada pretendía ser positiva jaja
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