- Cada uno de nosotros va a un "todo a 100" y compra 3 cosas. Más o menos útiles, más o menos graciosas, divertidas o absurdas. Todo vale, pero han de ser objetos, claro está, de poco valor. Parecerá una tontería, pero es una de las partes que más me divierten del juego: elegir los regalos.
- Una vez en casa, envolvemos estos 3 objetos de forma que sea imposible adivinar qué son.
- Todo el mundo coloca sus 3 regalos en la mesa y comenzamos el juego.
- Alguien pone una alarma, y nadie puede mirar el reloj, de modo que no se sepa de cuanto tiempo se dispone durante el juego.
- Alrededor de la mesa, los participantes van tirando por turnos 2 dados. Cada vez que alguien saca un 6, elige uno de los regalos. Si saca 2, coge 2 y vuelve a tirar.
- Cuando ya se han cogido todos los regalos del centro, empieza lo mejor: se roba a los demás.
- Se continúa hasta que se acabe el tiempo, de forma que puede darse el caso de que alguien tenga muchos regalos, o no tenga ninguno (de ahí la importancia de que sean objetos de poco valor).
- Al final, por turnos, se van abriendo los regalos.
Resulta divertidísimo ver como, de forma absurda, todos acabamos encaprichándonos del mismo paquete, empecinados en robárnoslo unos a otros, y al final, cuando lo abrimos, resulta ser cualquier porquería... como un gorro de baño o una diana de juguete :-)
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