Fue un viaje agridulce... Pero sé que Panda está bien, y Sevilla es preciosa, así que supongo que ha merecido la pena.
Esa noche fuimos al centro con Armando; callejeamos un poco, tomamos unos vinos de fresa y unos montaditos de lomo y de pringá, fuimos a una tetería y la lluvia nos empapó de pies a cabeza, pero no hacía ni un poco de frío...
Más tarde, en casa, me dio la llantina pensando en el perro... Pero todo pasa.
Aquí os dejo algunas fotos de la Sevilla nocturna.
2 comentarios:
Preciosooooo!! todo pasa.....gran verdad!
:-) Me alegro de que te guste... Ya pondré las de Sevilla de día. Un besito Tanuka!
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