A veces la vida te inspira con pequeñas cosas...
Detalles simples que normalmente pasarían inadvertidos, pero que -quizá precisamente por eso- resultan en coincidencias muy especiales.
En la caseta de la feria del libro, hablaba con mi compañero sobre religión.
Yo NUNCA hablo sobre religión. No es un tema del que me guste hablar -con nadie-. Pero ese día, hablábamos.
Raúl no cree en Dios. Es absolutamente ateo. Dice, como muchos, que a Dios lo ha inventado el hombre.
Yo creo en Dios. Me sale de manera natural. No tengo que esforzarme para tener fe. Simplemente, la tengo.
Y, entonces, le di la vuelta al libro de Nat que tanto le gusta.
- "Mira", le dije. "Como Dios".
-"No me vas a convencer", me dijo con una sonrisa.
- "Eso ya lo sé"...
Pero mi pequeña asociación me hizo feliz de todas maneras.
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