Creo que empiezo a darme cuenta de cómo funcionan las cosas...
La veintena es para el amor. Durante esos años, las mujeres vivimos un romance más o menos duradero con nuestro príncipe azul particular; laboralmente, es una época de gran inestabilidad, pero, ¡ah! el amor nos sonríe y la vida es hermosa. Hacemos planes, vivimos soñando con un futuro anclado en el pasado; con boda, adosado, amor, y niños. Como nos enseñaron que se hacían las cosas. Enamoradas de nuestra pareja, de la vida y del amor, en general.
Al cumplir los 30, sin embargo, la cosa se invierte. Empiezas a disfrutar del éxito y reconocimiento laboral o, al menos, alcanzas una cierta estabilidad. Probablemente tu relación se rompa (si no lo ha hecho ya) y, aunque te das cuenta de que te empiezas a hacer "vieja" para tener hijos, y tu reloj biológico llame a la puerta de vez en cuando, de repente no te apetece nada ser mamá. Experimentas una soltería extraña, llena de pequeños amores y desamores, encuentros y desencuentros. Te gustas más a ti misma, pese a esas pequeñas arrugas y la incipiente flaccidez que te vas descubriendo aquí y allá, y vives enamorada, también, pero de tu independencia, tu profesionalidad, tus opciones como ser individual.
Es entonces cuando te das cuenta de que estar soltera implica pasar demasiado tiempo a solas contigo misma, y te cansas de ti como lo harías de un novio. Y entonces lees en twitter bromas con el hashtag "forever alone", y te ríes amargamente, muy Britget Jones todo. Y te invade la incertidumbre: ¿Cuál será el siguiente paso? ¿Qué hay tras la frontera de los 40?. ¿Serán los 40 la mejor época de la vida de una mujer, como afirman las actrices de Hollywood? Sería bonito imaginarlos como esa edad en la que, por fin, menos tu juventud divino tesoro, lo tienes todo: a ti misma, tu profesionalidad, tu príncipe (ya más bien azul tirando a verdoso), algún hijo (venga, por qué no)... Pero, ¿y si no? ¿Y si los 40 nos transforman automáticamente en una protagonista de Sexo en Nueva York? ¿No sería eso peor que cumplir años, en sí? Es aquí, amigos, cuando me invade el miedo a envejecer. Y es que, veréis, tengo Carriefobia.
... Que sea lo que Dios (o el boson de Higgs, por lo visto) quiera.
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