En fin, la lluvia, no nos desviemos. Que llevo días queriendo que llueva. Hasta hice un baile con un cachibache que unos amigos compraron en Méjico cuando estuve en Talavera, porque se supone que sirve para atraer la lluvia. Y nada...
Peeero, como hay que mirarle el lado bueno a las cosas -mientras se pueda-, el domingo por la mañana convencí a mi madre para irnos a pasear por la playa. Y nos mojamos los pies. Y nos sobró la manga.
Hacía un día precioso...
Precioso, de verdad.
A ver si llueve de una vez.
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