La noche del 5 fuimos a cenar todos juntos al Santuario, un restaurante muy bonito (y muy oscuro) en las Murallas Reales. El testimonio gráfico de la noche, mejor no verlo. Por ejemplo, la foto en que salimos los 12 a la mesa: 3 con los ojos cerrados, 2 con la cara tapada, 3 con caras raras, 1 demasiado oscuro... Lo que viene a ser una foto familiar alrededor de una mesa: un desastre. Mejor en el recuerdo :-)
La mañana del 6 quedamos todos a la misma hora para abrir los regalos. Este año decidimos, como somos muchos y siempre es un lío, organizar un amigo invisible (excepto los niños, claro). Desde su página web, la FNAC lo organizaba todo de manera rápida, eficaz y anónima, así que lo hicimos por esta vía. Y bueno, creo que la cosa fue bastante bien. En general, todos estaban contentos con sus regalos, que supongo que es de lo que se trata.
A medio día comimos, entre otras cosas, una pastela de pollo -riquísima-.
Por la tarde jugamos un rato al trivial y a las cartas, y merendamos Roscón. Y como lo mejor del Roscón es la corona, y nadie la quiere nunca... me la quedé :-D
Y bueno, como el año pasado pedí lo mismo y funcionó, repetimos: Espero que el año que viene tengamos unos reyes igual de buenos, pero todavía con un poco más de familia :-)
Espero que vuestros Reyes Magos hayan sido buenos con vosotros este año, y que tengáis un feliz lunes.
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