Es curiosa la herramienta evolutiva que poseemos las personas para seguir adelante. Vivimos sin pensar en aquello que podría ocurrir y que, de hecho, a menudo ocurre, y centramos nuestra atención en las insignificancias del día a día. Nos quejamos de las menudeces que nos suceden a diario y, enfocarnos en esto, de alguna manera, nos ayuda a abstraernos. Es, probablemente, la droga más potente que existe. Y, de repente, un día cualquiera ocurre. Algo de verdad importante, quiero decir. Y la bofetada duele, te corta el aliento. Y a partir de ese momento, la rutina anterior de la que te quejabas te parece dulce y deseable. Pero es lo que hay, es un proceso necesario. Luego, superado el golpe, la dulce rutina vuelve y acaba convirtiéndose en la pesada rutina de siempre. Así es como son las cosas; así es como seguimos adelante.
Siempre he estado convencida de que, con la finalidad de salvaguardar no sé qué suerte de equilibrio cósmico, es absolutamente imprescindible que la vida nos joda en algún aspecto. De este modo, al menos uno de los 3 elementos que enumeraba Julio en su canción, te va a ir mal en cada momento.
La vida nos sonríe a M. y a mí. Después de muchos años, por fin hemos conseguido vivir en la misma ciudad. Una estabilidad laboral para ambos (tal y como se puede entender eso hoy en día, ya sabéis). Estamos enamorados y vamos a tener un bebé. ¿Qué más se puede pedir cuando no necesitas nada más? Precisamente: que la vida no te joda.
Pero la vida te jode, esto es así. Y creedme, por duro que parezca, al igual que la rutina, este "despertar" también es necesario. Porque es lo único capaz de hacerte ver y valorar profundamente aquello que de verdad importa.
Tres cosas hay en la vida... Amor, salud y amor.
*** Mañana es un día crucial en nuestra vida y las próximas semanas serán difíciles. Tanto si eres creyente, como si no, quizás quieras rezar por nosotros, o enviarnos tus buenas energías, o pensamientos, o lo que sea. Serán bienvenidos. Gracias... ***