Sintra

En Sintra hay más para ver que en la propia Lisboa.

Así que, como sólo teníamos hasta la tarde, tuvimos que seleccionar.

Caminamos por el pueblo, desde la estación de tren hasta el casco antiguo, y desde allí, al Palácio da Regaleira, la primera de nuestras dos visitas obligadas del día (por recomendación de Daniel) :-)

Paseando por el pueblo dimos con la Fuente de Pipa, y claro, tuve que hacerme una foto (chiste personal sólo al alcance de algunos) XDD

Lo que más me gustó del pueblo fueron sus tiendecillas de souvenirs, y sus talleres artesanales...

El Palacio de Regaleira es impresionante.

Y sus jardines, repletos de mágicos rincones, aún más. 

De verdad.

Arriba, un lugareño.

Cruzar por esas piedrecitas me recordó a la película "Dentro del laberinto", y ¡era más difícil de lo que parece!

En la fuente de la abundancia, abundaba el moho, pero no el agua. Aún así, bebimos unas gotas, por si acaso :-p 

En el pequeño lago viven unos patos graciosísimos...

El interior del palacio es un poco decepcionante, porque no hay apenas muebles y la mayoría de las habitaciones son pequeñas salas de exposiciones. Sin embargo, su biblioteca quita el aliento.

La segunda parada de nuestra visita a Sintra fue el Palacio da Pena.

Quería soplar aquí mis velas de cumpleaños, porque no se me ocurría mejor lugar para hacerlo que este palacio de cuento de hadas... 

(lo de las velas al final fue un fracaso, otro día os cuento)

Espectacular, precioso. El interior se conserva en perfecto estado, y puedes hacer una visita por las habitaciones, amuebladas y decoradas con todo lujo de detalle.

Lástima que no esté permitido hacer fotos ni vídeos...

Los jardines del Palacio do Pena eran, si cabe, más grandes que los de Regaleira. Sin embargo, tuvimos que dejarlos para mejor ocasión, pues teníamos un avión que coger...

Así pues, nos subimos al pequeño autobús (cuyos conductores están realmente chiflados) y regresamos a Lisboa.

Recuerdo que cuando aún planeábamos el viaje, yo decía que quería ir a un sitio en plan tranquilo... Sólo pasear, sin prisas ni ambiciones. Y así nos decidimos por Lisboa. Y lo cierto es que con dos días hubiésemos tenido de sobra para verla.

Pero no lo puedo evitar, una vez que estoy en un sitio, quiero verlo todo... Y claro, si tenemos en cuenta que Sintra es un pueblo que sólo van a ver los turistas que pasan en Lisboa una semana entera, es normal que, en sólo 2 días, mis pies acabasen con el aspecto de la foto de arriba :-D

Eso sí, antes de irnos al aeropuerto, repusimos fuerzas con una deliciosa cena a base de sardinas a la brasa y arroz con pulpo. Todo ¡por 20 euros!

Muchas gracias M. por este regalo de cumpleaños.

Me ha encantado compartir otra capital más contigo...