Antes de venir a Amsterdam junté 3 días libres y me fui a casa...
Allí me esperaban M., buena parte de mi familia, una pinchitada en el jardín por el cumpleaños de mi madre, yogur cremoso de fresa, solecito y buen tiempo, los últimos capítulos de la temporada de True Blood, coca-colas, gatos caraduras y otros animales, fruta y zumos naturales y mucho relax.
La próxima vez que vuelva, ya será otoño.
Pero las cosas que más me importan, no habrán cambiado con el tiempo.
(Además, el otoño siempre ha sido mi estación favorita...)
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