En trece y martes, ni te cases, ni te embarques...
La semana pasada me pasaron muchas cosas...
- El martes el viento no nos dejó aterrizar en A Coruña, y tuvimos que desviarnos a Santiago. Allí, nos trajeron a los pasajeros en autobús, y acarreamos, además de a unos pasajeros cansados y un poco enfadados, casi 2 horas de retraso. Pero es que era martes y 13. ¡Menos mal que no me casé!
- El miércoles, se nos estropearon 2 aviones. Primero, la rueda. Lo arreglaron y nos fuimos. Después, a la vuelta, los frenos. Ahí nos cambiamos de avión. Después, en el otro avión, el motor perdía combustible. Nuevo cambio de avión. Y ya en el tercero, como nos pasábamos de las horas de actividad permitidas por la ley, vino una tripulación a reemplazarnos y nos fuimos a casa. Os aseguro que ese día llevaba a bordo a las 145 personas más agradables, educadas y pacientes del mundo. (Para los curiosos, aproximadamente, un 70% de portugueses, un 20% de españoles, un 5% de asiáticos y otro 5% de anglosajones). Gracias a Dios y a que no era martes y 13.
- El jueves, aterrizando, ya todos sentados y asegurados, un pasajero se levantó para buscar a su hermano, que, según él, estaba en el baño. Un rato nos costó convencerlo de que en los baños no había nadie. En ninguno de los 3. Y mandarlo a su sitio inmediatamente. Volvió a sentarse, pero con desconfianza. Como dijo mi compi C. Grace cuando se lo conté un rato después: "Anda, sí, Jodie Foster, vete a buscar a tu hermano a la bodega con el equipaje..." :-D (Para los que no sepáis de qué estaba hablando, pinchad aqui).
En fin, que ha sido una semana muy entretenida. Ah, sí, y sobrevolamos el Mont Blanc. Y era más bonito de lo que parece en la foto que hice (arriba) :-)
Mañana me voy destacada a Amsterdam. Otra vez. Y la semana que viene, otra vez. Y pensar que un día me metí en este trabajo por estas cosas...
Que tengáis una buena semana.
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