Cat al habla

¡Hola amigos!

Hoy hace exactamente dos meses desde la última vez que os escribí... La verdad es que ha llovido mucho desde entonces.

Mi madre se marchó de casa. Volvió a Barcelona, y mira que la escuché veces decir lo harta que estaba de esa ciudad. ¡Qué hipócritas son a veces los adultos!
Ella insiste en que no, que las cosas son más complicadas de lo que yo pienso, que si el trabajo, que si blabla... Pero el caso es que, hipócrita o no, se fue hace dos semanas. Y la echo de menos.

Al principio me preocupé mucho al ver que, esta vez, no nos llevaba a papá y a mí con ella. ¡Pensé que nos abandonaba! Y la verdad es que no me apetecía nada convertirme en la típica hija de divorciados, que se dedica a hacer cosas raras para llamar la atención, o chantajear a sus padres, ya sabéis, como rebuscar en la basura, orinar en las alfombras, tratar de dormir sobre la cabeza de papá... lo normal.

Le pedí que me llevase con ella, pero me dijo que no podía porque ahora vive con una alérgica. Y yo le he dicho cien veces que soy hipoalergénica, pero no me escucha. Suena a excusa, qué queréis que os diga.

Ella jura y perjura que nos extraña, que no se acostumbra a estar sin nosotros y que volverá pronto. Y lo cierto es que ha estado viniendo a vernos en sus días libres, y eso tiene que ser agotador, pero aún así... En fin, así es la vida, supongo. Y todo mejorará, espero.

PD. Mamá, si lees esto, ya que te has ido, podrías al menos haberme dejado un cajoncito vacío en el armario, que sabes que me encanta tener uno para meter mis cosas y, ya sabes, para echar un sueñecito.

Seguiré informando, amigos. Mauuuuu.