La semana pasada fuimos al cine a ver 127 horas... Antes de salir, nos hicimos una sesión de fotos que fue un fracaso.
De camino, nos encontramos esta escalera. Pensé que se trataba de la versión moderna y andaluza de Romeo y Julieta y no pude evitar hacerle una foto.
Por supuesto, llegamos tarde al cine, donde nos esperaban, ya dentro de la sala y con mis palomitas (¡gracias!) Sergio y Bego. Menos mal que los tráilers, a parte de contarte el libro que estás leyendo o la peli que querías ver, también sirven para que no te pierdas el comienzo de las películas si llegas siempre tarde como nosotros.
Tras la peli, fuimos a tomar algo al Cacao's Bar. Que está decorado, según Bego: "Como si le hubieran dicho a mi abuela que decorase un bar imitando a Dalí".
Yo lo veo más bien como el decorado de "un joven Gaudí gay y emo". Lo cual, de cara al bar, no es mejor.
Las tapas, eso sí, estaban buenas...
Y bueno, la peli... Si quieres saber qué nos pareció, esa o cualquier otra peli que hayamos visto, no tienes más que consultar el blog de M. El único crítico de cine al que hago caso después de que cambiasen a Antonio Gasset por la tonta de Cayetana.
¡Feliz día del espectador!
2 comentarios:
Al pronto,crei ver en el plato una mano con las uñas pintada,y resulta que eran patatas fritas con ketchup
jajaja jo, no quiero acabar así de miope!!!
Publicar un comentario