Por la novedad, por la cantidad de trabajo, por el tipo de trabajo, por la enorme cuantía de horas, por la falta de sueño, por los terribles horarios...
Ni el hotel, con sus toblerones sobre la almohada y su agua evian, su cama de ensueño y sus habitaciones tipo suite, sus grandes ventanales con vistas al rio y su personal amable... Ni la ciudad, con sus paisajes verdes y sus vacas, sus preciosos edificios y su lago, su gente guapa y sonriente...
Nada de eso ha conseguido que me olvidara de lo tremendamente cansada que estaba.
(vistas de la habitación)
Lástima que mi cámara sacase las fotos así de borrosas... Supongo que estaba sucia... En cualquier caso, debería haberme llevado la Nikon.
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