Siempre he sido más de té que de café... Supongo que me viene de mi madre (no en vano apodada "la hierbas") y de sus interminables meriendas a base de té moruno y pan conloquesea, o sus infusiones de orégano para el mal de estómago, o su rooibos, o del hecho de que en mi casa nunca falten 2 cosas: especias e infusiones... O lo que es lo mismo: Yerbas.
Ay, mi madre, que descubrió las bondades del Aloe Vera antes que nadie. Os lo juro.
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Reconozco que un Capuccino bien preparado puede resultar muy apetecible y, además, pocas cosas hay en el mundo que huelan mejor que el café recién hecho por la mañana.
Pero yo, de todas formas, casi nunca me levanto tan temprano como para tomar café ;-)
El café deshidrata terriblemente y me pone de los nervios. Eso sí, 3 horas después de haberlo tomado.
Por su parte, el té es saludable: digestivo, antioxidante, diurético... Hay tantas variedades que no tienes que preocuparte por la teína, o por su sabor, o por su aroma: Siempre podrás encontrar un té que se adapte a ti :-D
Este de Passion Raspberry de Lipton, por ejemplo, está delicioso.
Y si el té no te gusta, pues ¡prueba con otras infusiones! Hay miles...
El verano pasado leí un libro titulado: "La elegancia del erizo". Este libro, no os dejéis engañar, es un verdadero petardo. Aburrido, ñoño, previsible y absolutamente pretencioso. Sin embargo, sí extraje algo valioso de su lectura: "El café es una bebida de malvados".
¡Que viva el té!
2 comentarios:
eso de la yerba es por lo de aqui no hay quien viva,mas q por mi pasion por el te,ya me etiquetasteis
con la actriz q hacia el papel
Claro, porque a las 2 os gustan mucho las yerbas... :-)
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