Después del aburrido y manido discurso de la señora ministra, el señor Punset (de quien soy fan sólo a medias -ciencia, ciencia, ciencia-) la deja tirada por los suelos con un discurso que más bien parecen cuatro palabras improvisadas.
Les pasa por invitarlo. Tomen nota de una vez, señores. Internet no les pertenece.
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